Se trata de una colección que juega con la superposición de colores cromáticos, de manera bastante sobria.
De fondo usó colores muy sobrios y fríos como grises, azules, negros y algún verde muy oscuro. Y le daba un toque de color a sus propuestas con un fucsia, presente en casi todos los diseños, muy fuerte dándole un poco de alegría a la colección, pero en general de una manera bastante minimalista.
La apuesta masculina fue muy clásica, y con los colores sobrios y fríos que recorrían también la línea femenina. Un ejemplo lo tenemos en este look con el que desfiló el guapísimo Jon Kortajarena.
Y el corto de las faldas y vestidos vuelve a ser largo, a la altura de las rodillas dejando atrás las épocas de la minifalda después de tantísimos años, una tendencia que se ha visto en la mayoría de los desfiles de la semana de la moda.
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